martes, 16 de octubre de 2007

El Períodico

El origen

Todo tiene un principio y los periódicos no son la excepción; antes de que aparecieran las imprentas con tipografía mecánica movible a mediados del siglo XV, las noticias se transmitían oralmente, por correspondencia —a través de cartas— o mediante anuncios públicos que eran dados por un encomendado en plazas o lugares donde era posible llegar a un mayor número de personas.

En la Edad Media los encargados de transmitir la información relevante, o de anunciar acontecimientos recientes, o bien los eventos próximos que interesaran a la sociedad, eran los "juglares": peregrinos que iban de un lugar a otro con el único fin de informar oralmente a los habitantes de las poblaciones céntricas y remotas. Posteriormente surgieron las "efemérides", mismas que se consideran el primer acercamiento a la prensa escrita, pues en ellas se detallaban los sucesos ocurridos a lo largo de un año. A éstas le siguieron los "volantes", hojas que contenían las noticias más relevantes de entonces y, en el siglo XVII, se empezaron a publicar los primeros periódicos. En Alemania, la innovación fue que publicaban notas internacionales.

Los tipos móviles y la imprenta

Ya en el siglo XVII la imprenta contaba con tipografía móvil, lo que facilitó intercambiar letras para formar palabras, renglones y párrafos, e imprimir las publicaciones con mayor velocidad, eficiencia y, como consecuencia, también un mayor tiraje. Así surgieron las “gacetas” como Gazette de France, en 1613; y la Gaceta de Madrid, en 1661. El periódico seguía con éxito el camino de transformación.

La imprenta facilitó a tal grado las cosas, que —en menos de dos décadas— ya se publicaban diversos periódicos en ciudades alemanas como Colonia, Frankfurt, Berlín y Hamburgo; suizas como Basilea; austriacas como Viena; holandesas como Ámsterdam; y belgas como Amberes. Europa vivía, pues, la efervescencia de los diarios. En Ámsterdam se hacían publicaciones en inglés y en francés; así llegaron muy pronto a Londres y a París, donde pronto comenzaron a escribir, a diseñar y a imprimir sus rotativos de manufactura nacional.

Entonces el formato era reducido y, generalmente, contaba sólo con una página para contar los sucesos más importantes; resulta obvio que carecían de secciones, de espacios publicitarios y, prácticamente, de la mayoría de los elementos que conforman los periódicos actuales. Eran más similares a un boletín o a una hoja de información.

El primer periódico en América que permaneció con tiraje continuo, se fundó en Estados Unidos en 1704: el Boston News-Letter. Una anécdota curiosa al respecto fue que el entonces gobernador de la Colonia de la Bahía de Massachusetts lo censuró porque contenía noticias financieras del ámbito internacional, avisaba sobre nacimientos, defunciones, sucesos y eventos sociales que el editor y sus colaboradores consideraban destacados. Pocos años después, en 1721, se fundó en Boston el New England Cou rant; uno de los redactores era ni más ni menos que el futuro presidente de aquella nación: Benjamín Franklin.

El periódico hoy

Es uno de los medios informativos impresos más importantes en la actualidad; es posible encontrarlo día con día en los puestos de cada esquina; ha cambiado tanto, que de ocupar una sola hoja, hoy se conforma por decenas de páginas divididas en secciones que contienen noticias, artículos, reportajes, crónicas, notas, entrevistas y viñetas relacionadas con datos relevantes sobre todas las áreas temáticas de interés, como la política, la cultura, los espectáculos y los deportes, sin olvidar los espacios dedicados a la publicidad.

A pesar de la aparición del cine a principios del siglo XX, de la radio con sus noticiarios en la década de los veinte del mismo siglo, de la televisión y sus fastuosos espacios informativos en los cuarenta y más tarde de las nuevas tecnologías como Internet, con sus diarios y periódicos en línea, la prensa escrita sigue posicionada como fuente primordial e insustituible de información para el grueso de la población mundial.

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